jueves, 30 de octubre de 2014

La bandera

Bandera de la Asociación Cultural y
Sociedad Filarmónica Reino de Granada.





Este símbolo, que inicialmente cumplía una mera función diferenciadora, pasó rápidamente a estar dotado de un carácter religioso y con el paso del tiempo alcanzó de tal carga emocional, que acabó convertido en el soporte en el que se materializaron los ideales de grupos humanos y de pueblos enteros. Así nació también la idea de ubicar este símbolo sobre un soporte para poder levantarlo y hacerlo visible. La Bandera nació como insignia militar, y sólo desde finales del siglo XVIII adquirió la función de representación de entidades nacionales y estatales.

Además de todo lo dicho, las banderas han actuado como señal perfecta sobre la que representar los valores y los intereses de los grupos sociales que se aúnan bajo ella. Incluida entonces por los distintos credos religiosos desde finales del Medievo, estos signos decorados en palabras de Bernardino de Escalante (1537-1605), marino y cosmógrafo,  “en ella se concentra la honra, y reputación de los soldados, y los valores y la moral de los que la siguen”.

En España, está constatado el empleo de banderas con un carácter autónomo de Roma y de cualquier otro pueblo, desde el Reino Visigodo. Un León rampante dorado sobre fondo azul constituía la primera enseña de su tipo con carácter plenamente hispano. Tomando pues la tradición histórica, hemos adaptado la carga secular y tradicional del reino de Granada y de la Corona Española al emblema que ha de indicar la presencia de este colectivo y, bajo las premisas de representatividad, los ideales que pretendemos encarnar con esta Asociación y Sociedad Filarmónica.

La bandera se adapta a la forma tradicional del escudo hispano, en sentido vertical. Esta misma forma, fue igualmente adoptada por los nazaríes como pendón representativo del Reino de Granada, por lo que encarna tanto el ideal caballeresco, militar y social de cristianos y musulmanes en suelo granadino. El color del soporte es el carmesí, que fue la tonalidad del reino granadino bajo dominio musulmán como también el color de Castilla y del recién constituido Reino de España, que por entonces, tuvo como primera entidad capital a la ciudad de Granada.

Una orla de castillos y leones, cuarteles heráldicos en su color, recuerdan la historia común e indisoluble que desde hace siglos mantuvo el Reino de Granada con el de los territorios castellanos, para al fin, convertirse en parte de ellos y fruto de esta unión, ayudar al nacimiento de España, primer Estado Moderno del Mundo. Así, fusionamos los ideales granadinos y españoles en una causa común mediante su simbiosis heráldica en el pendón/bandera de este colectivo.


Por último, las armas o escudo representativo de la Asociación y Sociedad Filarmónica, tal y como fuera explicado en su día. El último detalle lo constituye el soporte, formado por vástago coronado por punta de lanza guardando similitud histórica con los pendones nazaríes o castellanos y lazo a manera de filacteria con los colores de la Bandera de España, en primer lugar porque el actual marco social español existe en parte, gracias a la contribución del Reino de Granada que sin rechazar su idiosincrasia cultural, se halla en perfecta comunión con el espíritu español y la construcción de su modelo de Estado, pero además, desde la perspectiva histórica, las tropas granadinas bajo el dominio nazarí, lucieron pendones rojos y amarillos que nos dejaron como testimonio los trabajos de los pintores de las obras miniadas de los códices medievales que conserva la Biblioteca Nacional o la de El Escorial, como si constituyeran un adelanto de lo que al cabo, fue la bandera de España. 

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