Bandera
de la Asociación Cultural y
Sociedad
Filarmónica Reino de Granada.
Este
símbolo, que inicialmente cumplía una mera función diferenciadora, pasó
rápidamente a estar dotado de un carácter religioso y con el paso del tiempo
alcanzó de tal carga emocional, que acabó convertido en el soporte en el que se
materializaron los ideales de grupos humanos y de pueblos enteros. Así nació
también la idea de ubicar este símbolo sobre un soporte para poder levantarlo y
hacerlo visible. La Bandera nació como insignia militar, y sólo desde finales
del siglo XVIII adquirió la función de representación de entidades nacionales y
estatales.
Además
de todo lo dicho, las banderas han actuado como señal perfecta sobre la que
representar los valores y los intereses de los grupos sociales que se aúnan
bajo ella. Incluida entonces por los distintos credos religiosos desde finales
del Medievo, estos signos decorados en palabras de Bernardino de Escalante (1537-1605),
marino y cosmógrafo, “en ella se
concentra la honra, y reputación de los soldados, y los valores y la moral de
los que la siguen”.
En
España, está constatado el empleo de banderas con un carácter autónomo de Roma
y de cualquier otro pueblo, desde el Reino Visigodo. Un León rampante dorado
sobre fondo azul constituía la primera enseña de su tipo con carácter
plenamente hispano. Tomando pues la tradición histórica, hemos adaptado la
carga secular y tradicional del reino de Granada y de la Corona Española al
emblema que ha de indicar la presencia de este colectivo y, bajo las premisas
de representatividad, los ideales que pretendemos encarnar con esta Asociación
y Sociedad Filarmónica.
La
bandera se adapta a la forma tradicional del escudo hispano, en sentido
vertical. Esta misma forma, fue igualmente adoptada por los nazaríes como
pendón representativo del Reino de Granada, por lo que encarna tanto el ideal
caballeresco, militar y social de cristianos y musulmanes en suelo granadino.
El color del soporte es el carmesí, que fue la tonalidad del reino granadino
bajo dominio musulmán como también el color de Castilla y del recién
constituido Reino de España, que por entonces, tuvo como primera entidad
capital a la ciudad de Granada.
Una
orla de castillos y leones, cuarteles heráldicos en su color, recuerdan la
historia común e indisoluble que desde hace siglos mantuvo el Reino de Granada
con el de los territorios castellanos, para al fin, convertirse en parte de
ellos y fruto de esta unión, ayudar al nacimiento de España, primer Estado
Moderno del Mundo. Así, fusionamos los ideales granadinos y españoles en una
causa común mediante su simbiosis heráldica en el pendón/bandera de este
colectivo.
Por
último, las armas o escudo representativo de la Asociación y Sociedad
Filarmónica, tal y como fuera explicado en su día. El último detalle lo
constituye el soporte, formado por vástago coronado por punta de lanza
guardando similitud histórica con los pendones nazaríes o castellanos y lazo a
manera de filacteria con los colores de la Bandera de España, en primer lugar porque
el actual marco social español existe en parte, gracias a la contribución del
Reino de Granada que sin rechazar su idiosincrasia cultural, se halla en
perfecta comunión con el espíritu español y la construcción de su modelo de
Estado, pero además, desde la perspectiva histórica, las tropas granadinas bajo
el dominio nazarí, lucieron pendones rojos y amarillos que nos dejaron como
testimonio los trabajos de los pintores de las obras miniadas de los códices
medievales que conserva la Biblioteca Nacional o la de El Escorial, como si
constituyeran un adelanto de lo que al cabo, fue la bandera de España.
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